Desde que tengo memoria... he sido víctima de numerosas arrastradas hacia el ámbito clásico-musical de la vida. Los culpables: Mis padres y sus secuaces "cultivados" (me lo imagino como mazorcas transgénicas inyectadas de notas musicales y páginas de "Science").
Lo odiaba, lo detestaba, era un infierno en carne propia. Era preferible comer 3 platos SEGUIDOS de brocoli y espinaca con champiñones (lo sé; un asco) en salsa de moluscos gurgurientos, a tener que tragarme horas de tortura inmóvil frente a tipos longevos con expresión crujiente de quienes viven su propio epitafio al pie de la letra cual motto vital. C'est la vie, such is life...
Cuando uno es pequeño, los momentos adquieren una luz melodramática estirada al imposible; cada minuto cuenta como una eternidad perdida si no es que se pasa trepando árboles o jugando nintendo. Y la renuencia a todo lo "Imperativo" y relativo al poder jurídico/paterno nos emana como el sudor a un tennista saliendo de un partido de 6 sets en muerte súbita.
Sin embargo, puesto en retrospectiva todo aquello "odiado" en ese entonces adquiere un color anacrónico que se torna ciertamente cómico y vale la pena explorar, una vez que caducan los castigos.
Recuerdo perfecto el llegar al teatro, bien vestidita (no hay cosa que deteste más en este mundo) manteniendo una expresión sombría pero cordial; toda una niñita con sonrisa botox pero de placebo...
MENTAL gente! Todo es mental!
-"Saluda a los Pérez... a los Martínez, a los Ocampo, al portero tan cordial y al candelabro regalado por la madre de Maximiliano. Luego das tres triples mortales parada de manos y vas al baño porque no queremos interrumpir la función."
-"Si mami"
(Respuesta casi automática... para ese entonces el enojo ya se había evaporado dejándome convertida en una Xalli muda, entumecida, PURA PORCELANA, añorando el momento de salida que sería la reivindicación para una pobre escuincla de 9 años). Así pasaba a sentarme forzosamente junto con los otros juveniles desafortunados en el Auschwitz auditivo. (Tomando en cuenta a la anomalía de Lele: a freak of nature que probablemente siempre le encontró el lado "bellísimo" al seppuku). Kudasai.
¡Era injusto! Después de todo música es música ¿Por qué coño no mejor me llevaban a un concierto de Blink? O de perdida uno de Kabah (estaba de moda en aquel entonces, perdonen la proyección).
Muy, pero muy irónicamente la gente crece... y los vegetales se vuelven amistosos (en sopa, exceptuando notablemente la presencia de champiñones) y los mariscos se vuelven tragables (con mucha mucha cerveza) y a mi... me terminó gustando la música clásica. Carajo.
Una vez superadas las detestables clases de piano con la rusa esa que implementaba una reglita para flagelar al compás de los errores (Antón, lo siento pero el recuerdo es inevitable, te prometo que la vieja me azotó la bendita tira de plástico en los dedos dos que tres veces, suertudo que a ti no) comienzas a darte cuenta de que tanto Bach como Mozart no pueden ser tan malos; muertos estarán, pero amenos a su manera. Es como una emulsión de Scott de la cual las papilas gustativas logran sobreponerse a la estela de sabor a bacalao, para dejar en deleite al gusto de la lengua con oleadas de cerezas en jarabe viscosito y dulce.
Y es más que nada por esto que involuntariamente disfruté mucho la velada nocturna nada más y nada menos que en el buen "Teatro de la República" al ponerle "ON" a mis oídos junto con muchos otros individuos conocidos para escuchar tocar piano a un miembro de una de mis familias favoritas juriqueñas: los García-Lascurain.
FUERA del sentirme "Pimp" con Nan vendiendo boletos y escupiendo frases como "los baños están al fondo y a la derecha... la función comienza a las 8:30 en punto, son $400 por persona a verdad? No, son sólo $100"
FUERA y DENTRO, la verdad me sentí pimp y punto jajajaja.
Para variar mi padre llegó tarde, con eso del tráfico + Murphy.mala.copa y los Zúñiga... nunca nos favorece la divina providencia, pero en sí el teatro se llenó como barra libre de 50 pesos en San Angel (chiste local SUE).
Pero a lo que voy es que siempre es bonito fomentar distracciones artísticas para las rutinas en las que la gente de todo tipo de clases se sumerge inevitablemente. "Hey man! Hay alternativas para martes en la noche (cachetada con guante blanco) :) Beethoven de entrée y Chopin de postrée (sic) :P sortié!".
Escuchando a Mozart con limpieza en la conciencia; como diría Benedetti (reiterando oldschool en clase de Liliana).
Y qué gusto el de asistir a funciones en las cuales se conoce al individuo puesto en escena, como en este caso Javier G.L.
Simplemente me dio un pequeño déjà vu escuchando al buen Javo "doin' his thang": me acordé de estar en ese mismo lugar 11 años atrás con cara de champiñón, pero recuerdo también el momento en que dije "Hey esto no está tan mal, al menos no me dormí esta vez".
Poco a poco puedes aprender a divertirte encontrando detalles curiosos al observar a der Musiker maniobrar el instrumento tan masivo y tan sutil, como sólo el lo sabe hacer: dedos sobre teclado a rapidez impresionante, como arañas acechando millones de hormigas en un plano cromáticamente limitado a manera visual (bco + ngro) pero que sin embargo en cuestión imaginativa se vuelve infinito el espectro de posibilidades. Es lo de HOY ir a conciertos, ya sean RHCP o la filarmónica; dudes hay que intentar cosas nuevas de vez en cuando.
Cheers mates :) Siempre hay un lado gracioso de aquello que nos parece poopy-ish; yo solía exclamar después de terminar mi sesión musical diaria: "Gracias señor piano, por dejarme tocar sus dientes" (cabe mencionar q tenía 7 años caray!).
"Music, even in situations of the greatest horror, should never be painful to the ear but should flatter and charm it, and thereby always remain music.”
-Mozart
2 comentarios:
jajaja te amo xall!!!
xalli1!! tambien te amo y esta vez si soy andy.. jajaja gracias por toda la ayuda en el conciertin, te amamos todos (era lo minimo que podias hacer por javo... o bueno, le pudiste haber regalado una almohada nueva ;) ) jajaja
Publicar un comentario